
¡Tu actitud transforma tu negocio!
AUTOR: LUCAS GARCÍA-BAYLLERES, GERENTE OPERATIVO REMAX ECUADOR
Gran parte de tener el control de nuestro negocio tiene mucho que ver con nuestra “actitud”. Las palabras que utilizamos, las cosas que hacemos o dejamos de hacer, y nuestras emociones, juegan un papel importante en el desarrollo de nuestra vida personal y laboral. Tener buena actitud transmite una energía positiva hacia los demás, y la mala actitud transmite lo contrario. Si nuestro negocio dependiera de ladrillo y tierra quizás la actitud no fuese tan importante, pero al estar en un negocio netamente de personas, nuestra actitud es el elemento más importante para definir nuestro éxito o fracaso. Ser un inmobiliario requiere de mucho entrenamiento, formación, conocimientos de mercado, análisis, planificación, y procesos. Sin embargo, el control de nuestro negocio depende del trato y la relación que logremos entablar con las personas que confían en nuestras habilidades para buscarles una propiedad o vender/alquilar sus inmuebles. Ser un profesional inmobiliario es también ser un profesional en el trato hacia los demás.
Actitudes esenciales para el buen trato hacia los demás:
- Respeto y discreción. Es importante contestar las inquietudes y preguntas de tus clientes y compañeros, por ilógicas o absurdas que nos puedan parecer. Recuerda que TÚ eres el experto en quien confían y esa confianza es de cristal. Si la maltratas o no la cuidas, se rompe. Responde siempre las llamadas, mensajes o correos electrónicos a tus clientes.
- Honestidad y respeto. Hazle conocer a tu cliente la realidad en la que se encuentra su propiedad. La forma en cómo lo dices es fundamental, no podemos menospreciar o ridiculizar sus creencias, pero si podemos demostrar la realidad con hechos y amabilidad. Si el cliente se exalta, mantén tu cordura. Mentir no es una opción, las mentiras siempre salen a la luz y lastiman tu reputación.
- Comprométete hasta donde lleguen tus habilidades y tiempo. Si le dices a tu cliente o a un compañero de trabajo que vas a hacer algo, HAZLO. Tu palabra define tu compromiso y determina qué tan confiable eres como persona y como profesional. La puntualidad también entra dentro de este punto. Si te comprometes en llegar a una hora específica, planifícate para estar 15 minutos antes.
- Sé siempre agradecido; decir GRACIAS dice mucho de tu respeto por los demás y demuestra cuánto valoras a las personas con las que interactúas. Celebra tus éxitos con quienes te acompañaron en el proceso, y te ayudaron a vencer los obstáculos que se presentaron. No dejes a nadie fuera; aunque seas tú el protagonista, hay personas que fueron piezas clave para tu victoria; que te apoyaron y estuvieron siempre a tu lado: tu notario, tu Bróker, un compañero, tu asistente y hasta tu pareja.
- Ponle pasión a todo lo que hagas, aunque suene romántico y fantasioso. Cuando hacemos las cosas forzadas y no le ponemos el cariño que se merecen, las personas lo notan. Fórmate y capacítate de manera continua y actualízate constantemente para sentirte motivado y preparado. Haz lo que amas y ama lo que haces para siempre mantener una sonrisa.
Aunque estés pasando un momento difícil, si tienes pasión por el negocio inmobiliario, el mal tiempo pasará más rápido y tus clientes y compañeros te apoyarán. Si no amas este negocio, es mejor que busques otra carrera en la que sientas esa pasión.
Resumiendo estos 5 puntos, la actitud positiva hacia los demás, para triunfar como agente inmobiliario depende del respeto, honestidad, compromiso, agradecimiento y pasión. Todos estos puntos son parte de las habilidades sociales que debemos desarrollar, trabajar y aplicar en nuestro negocio. Así es, leyeron bien DESARROLLAR Y TRABAJAR, no se trata de dejar de ser quienes somos, se trata de trabajar en ser mejores personas en la sociedad, para ser más exitosos. Todos tenemos dones y defectos, pero aferrarnos o escudarnos en nuestros defectos con la excusa de “yo soy así”, es un acto de egoísmo o cobardía. Todos podemos cambiar y mejorar nuestra actitud. Es cuestión de tomar la decisión y desarrollar nuestras habilidades sociales. Mejorar nuestra actitud no es una obligación, es una decisión. Quien se lo propone, lo logra.
Pero, ¿Qué proceso debemos considerar y/o evaluar para tomar este cambio?
- Comienza conociéndote a ti mismo.
- Aprende a tener control sobre tus decisiones.
Teniendo claridad de quién eres y teniendo conciencia de que tienes el control sobre tus acciones y lo que dices o dejas de decir, comenzamos a trabajar en nuestro desarrollo con los demás; no solamente con nuestros clientes, también con compañeros/colegas, familiares y hasta con las personas en grupos afines a nuestros gustos y creencias. Es aquí cuando uno mismo decide tener una buena actitud hacia los demás, trabajando con respeto, honestidad, compromiso, agradecimiento y pasión.
¿Cómo se pone en práctica para ver resultados positivos?
- Interactúa y conoce a otras personas, solo así podrás comprender por qué son como son y actúan como actúan.
- Relaciónate con esas personas, no construyas una barrera en tu universo. Cada ser humano tiene su propio universo, y poder interactuar y relacionarte con cada uno de esos universos construirá vínculos hacia el tuyo, nutriéndolo de diversidad, conocimiento y prosperidad.
Para los que trabajamos en el sector inmobiliario, lo más importante es comprender que estamos en un negocio de personas y no en un negocio de propiedades. Si bien el conocimiento general es sumamente importante, y es preciso capacitarnos y formarnos constantemente para mantenernos actualizados en temas legales, de planificación urbana, de diseño, de redes sociales, de negociación, etc., es indispensable tener bien desarrolladas nuestras habilidades sociales para mantener una buena actitud, lo que nos lleva a una cultura de servicio hacia los demás. Nuestro éxito depende de nuestra actitud y nuestra actitud define cómo nos ven las personas al ingresar en sus universos. Recuerda siempre ser respetuoso, honesto, agradecido y apasionado. Tu buena actitud atraerá personas positivas en tu vida, además de excelentes resultados tanto en el medio laboral como personal.